Experiencia

Un informe de experiencia de Fl. María Rodríguez Martín, Arrecife

Gracias Rudolf!

Estaba literalmente desesperada. Amo a los animales y sentía mucha desazón por no poder dar a mi perra Goda los cuidados que todo perro necesita. Es de raza labrador, un animal grande y potente al que se me hacía imposible sacar de paseo para que hiciera ejercicio. Cuando lo intentaba se convertía en algo cómico, la perra tiraba de mí y yo iba trás de ella casi suplicándole que no me tirara al suelo. Una vez estuve a punto de caerme y tuve que soltar la correa para que no ocurriera.

Llamé a Rudolf y en apenas tres horas todo cambió. Me enseñó a entender a mi mascota y sobre todo, a hacerme respetar por la misma.

Ahora, cada día, ambas (mi perra y yo) disfrutamos de un buen paseo, ella hace ejercicio pero soy yo la que marca el ritmo. Si camino despacio, se adapta a mi paso, si voy más deprisa o corro, se adapta igualmente al paso que doy.

Todo ello a contribuido a tener un animal más tranquilo y feliz y en consecuencia, también yo estoy mucho más relajada.

Toda mi gratitud a Rudolf porque a partir de su trabajo (repito, de tan sólo tres horas) puedo decir que tengo un animal precioso, obediente, que lejos de significarme un martirio (como antes) me llena de alegría y sastifacción.